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La producción editorial cayó 23% en el primer semestre

El primer semestre no fue bueno para el sector editorial. Según el “Informe de Producción del Libro argentino” laborado por la Cámara Argentina del Libro (CAL), entidad que reúne a más de 500 editores y distribuidores, la producción en ejemplares disminuyó 23,5% comparado con los primeros seis meses de 2016. Mientras que el año pasado se llevaban impresos casi 33 millones de ejemplares, este año la cifra apenas supera los 25 millones de libros, casi 8 millones de unidades menos. Teniendo en cuenta que 2016 había sido un año negativo para las casas editoriales argentinas, si este comparativo de producción se realiza contra 2015 la caída productiva llega al 39%.

Si se analizan las novedades lanzadas al mercado en el primer semestre los valores se mantienen prácticamente constantes: en 2016 fueron 13.672 y en 2017 superaron las 13.500. Este número es alentador si tenemos en cuenta que las novedades son aquellas obras publicadas en las que la editorial corre el mayor riesgo comercial por desconocer la aceptación o rechazo del título en el mercado del libro.

En la inmensa masa de obras lanzadas día a día a las librerías es importante distinguir entre aquellas que son producidas por casas editoriales tradicionales y aquellas editadas por otro tipo de agentes, por ejemplo: universidades, entidades públicas o autoediciones. El primer grupo, que realiza la cadena tradicional del libro, sufrió una disminución en la producción de ejemplares del 13% comparado con el primer semestre del año anterior (8.730.000 en 2017, contra más de 10 millones en 2016).

Si bien el Informe realizado por la CAL se centra en dar a conocer la producción y no la venta de libros en el país, se ha realizado una “Encuesta Permanente de Venta Editoriales” para contar con datos del sector. De acuerdo a los resultados que arroja dicha encuesta, la mayoría de las pequeñas y medianas editoriales han registrado una caída en sus ventas con relación al año anterior de un 20% promedio. Por contrario, para remarcar, en los meses de junio y julio se han observado leves recuperaciones en algunas de las empresas. Por otro lado, la Cámara Argentina de Publicaciones, que reúne a las editoriales más grandes del país, dio a conocer cifras de ventas con caídas menores a las publicadas por la CAL: disminución de 5% con relación a 2016 y de 23% comparando con 2015.

Comercio Exterior del libro

La balanza comercial editorial históricamente arrojó saldos negativos y este semestre no es la excepción. La diferencia entre las importaciones de libros y las exportaciones dio un déficit de 37,2 millones de dólares, lo que muestra un 33% más deficitaria que el primer semestre de 2016. Esto se explica, principalmente, por el gran incremento de las importaciones: mientras que en el primer semestre de 2016 alcanzaron los 36,7 millones de dólares, este semestre superó los 51 millones de dólares, un 40% más. Por su parte, las exportaciones también registraron un aumento pero significativamente menor, pasaron de 12 a 14 millones de dólares.

Por último, las exportaciones que más preocupan al sector son aquellas denominadas “de servicios gráficos”. Son libros escritos, corregidos y editados en argentina pero que se envían a imprimir al exterior para reducir el costo de producción. Este tipo de importaciones se incrementó un 12% en el primer semestre del corriente año, lo que preocupa al sector gráfico nacional.


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